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 Homotoxicología

Campos de Interferencia

El término “Homotoxicología”, deriva de las palabras “homo” hombre, “tóxico” de toxina o veneno, y “logy” del griego “logos” de tratado.

Así, tenemos al estudio de la influencia de sustancias tóxicas en el organismo.

El padre de la homotoxicología fue el Dr. Hans Heinrich Reckeweg, quien gracias a su inmenso trabajo y publicaciones, se convirtió en una semilla que voló y floreció en más de 70 países, siendo sus descubrimientos reconocidos como una herramienta eficaz y aceptable dentro de la medicina moderna.

Si bien el binomio síntoma-enfermedad que se ha utilizado en la medicina convencional, ha logrado tratar y controlar ciertas enfermedades, continúa en el camino de estudiar y comprender al cuerpo humano como una fragmentación de toda la unidad. El “todo”, no son órganos y vísceras por separado, sino que se encuentran inmersos y conectados en una Matriz, como si fuera una red que pulsa y conecta a través de nervios, vasos linfáticos, capilares y otras estructuras, a todas las células del cuerpo. De acuerdo al estado de salud que guarde esta matriz, será el reflejo del estado intracelular o incluso intranuclear de nuestras células.




Nuestros cuerpos día con día se encuentran expuestos a diversas sustancias tóxicas, éstas pueden ser externas (medio ambiente y alimentos) o internas (propias del metabolismo). Cuando la matriz no puede movilizar las sustancias de desecho, se acidifica el pH, y sobrevienen en un inicio estados de inflamación y fatiga. A partir de aquí, todo va a depender de la capacidad de nuestro organismo y sus reservas, para eliminar desechos, y retornar a un estado basal adecuado. Sin embargo, el uso indiscriminado de fármacos, nuestros hábitos alimenticios, el consumo de bebidas carbonatadas, el sedentarismo, el sobrepeso, tabaquismo y alcohol, entre otros, llevan al límite nuestros sistemas y sobreviene la enfermedad.

El Dr. Reckeweg estableció 6 fases por las que transitan nuestras células, antes de llegar al estado degenerativo, el cual suele ser ya irreversible. Pero existe la posibilidad de regresión, si el desequilibrio se detecta antes, donde si puede haber regresión (vicariación) nuevamente a un estado basal de salud.

Por ello, el enfoque de la homotoxicología es en sí diferente; no suprimimos síntomas, que son las respuestas biológicas de nuestro organismo a un agresor, sino que modulamos esa respuesta, y proporcionamos los elementos para restituir los sustratos necesarios para que el cuerpo pueda resolver cualquier agresión. El médico que cuenta con estos conocimientos, puede decidir, dependiendo de la severidad de cada caso, suprimir la respuesta biológica con un fármaco, cuando el paciente no se encuentra en condiciones de combatir dicha agresión, y en paralelo modular la respuesta inflamatoria e inmune para que la enfermedad se resuelva sin recaidas.

A lo largo de muchos años, se perfeccionaron medicamentos y remedios homeopatizados, que ya rebasaron a la homeopatía clásica de Samuel Hanemann, con las fórmulas dinamizadas en acorde de potencias, en donde tenemos la posibilidad de dar al organismo elementos diluidos que de otra forma sería imposible proporcionar al organismo y obtener un efecto terapéutico.

Ha nacido así otra era en la medicina, la podríamos llamar incluso medicina cuántica, ya que obedece a los principios de frecuencias y ondas, en donde ya la materia no existe, pero ha dejado la información para que el organismo la lea, y actúe en consecuencia.