Vaporizadores y Difusores

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Probablemente la mejor forma de utilizar la vía olfatoria es incorporando el uso de vaporizadores y difusores. Solo tenemos que tomar en cuenta, que los equipos tradicionales presentan ciertos inconvenientes, que si bien no alteran de manera significativa el fin terapéutico, sí deben tenerse en cuenta para el mejor desempeño del tratamiento, así como en el ahorro de los mismos aceites.

En primera línea tenemos a los difusores tradicionales, los cuales operan con una fuente calórica como lo es una vela, y cuentan con un recipiente en el cual se adiciona agua y las gotas de los aceites esenciales elegidos. Estos son útiles cuando el tamaño de la habitación es reducido, y también se cuente con la vigilancia adecuada, ya que por seguridad no se deben dejar este tipo de difusores sin supervisión. Sin embargo, se debe calcular que aceites esenciales con componentes más pesados como lo son aquellos con notas aromáticas base como resinas, raíces y cortezas, estos permanecerán mayor tiempo en el agua que los componentes más ligeros, que ingresarán a la atmósfera más rápido. Suele suceder, que cuando no se repone el agua que se va evaporando en el recipiente, estos componentes pesados terminarán quemados, dejando un aroma desagradable y manchando el recipiente del agua. Sin embargo, en ocasiones son de gran utilidad cuando no se cuentan con otro tipo de difusores a la mano.

Por otro lado tenemos a los difusores eléctricos, que no utilizan temperatura, requieren de una toma de corriente, suelen utilizar una almohadilla en la base del difusor para servir como medio de impregnación, y una pequeña hélice que girará a la velocidad elegida y dispersará los aceites a la atmósfera. Su tiempo de difusión en más rápido, son útiles para habitaciones de mayor tamaño, pero también tienen el inconveniente de que las partículas más pesadas se quedarán en la almohadilla, terminarán manchándola, por lo que sugiero contar con varias almohadillas de repuesto. Como consejo, si usted cuenta con este tipo de difusor, puede tener unos 3-4 juegos de almohadillas, y elija para cada almohadilla una sinergia  y no la cambie para esa almohadilla; de esta manera, los residuos de aroma no se mezclarán y cada almohadilla tendrá un tiempo de vida más prolongado.

También podemos utilizar métodos más tradicionales como cacerolas en las cuales se pone previamente a calentar agua, y una vez que ésta alcanza la temperatura de ebullición, se retira de la lumbre, se tapa y se lleva a la habitación en cuestión. La sinergia de aceites esenciales se dispersa previamente en un poco de miel o leche, para que las partículas lipofílicas se emulsionen en partículas más pequeñas, y al vaporizar sus compuestos lleguen a la atmósfera mejor atomizados. Se deberán utilizar de 4-5 cucharadas de miel con unas 20-25 gotas de aceites esenciales para una habitación de unos 16-20m2; sin embargo, este método lo suelo recomendar a pacientes con cuadros de resfriado o incluso de bronquitis, siempre que no haya fiebre, y se coloca al paciente en posición de flor de loto o sentada, colocando la olla en medio, y otra persona sentada en el lado opuesto de la misma talla y proporción a la del paciente. Se coloca una sábana lo suficientemente grande para cubrir a ambos, y la mezcla de los aceites esenciales y la miel se tiene a la mano, para que el ayudante que se encuentra frente al paciente, se encargue de ir vertiendo una cucharada de la miel preparada dentro de  la olla con el agua caliente, agitando suavemente la cuchara dentro de la olla sin dejar de agitarla, para que el vapor que emana de la olla continúe saliendo y el paciente pueda inhalar los aceites esenciales por un periodo de unos 10-15 min, dependiendo de la concentración de aceites, la edad del paciente, su estado de salud y la tolerancia a ellos. Una vez terminada la terapia, el paciente deberá de permanecer en reposo, cubierto de la cabeza con una toalla seca, haberse cambiado la camiseta por una seca, y que la habitación permanezca cerrada, evitando cualquier corriente de aire. Esta terapia la recomiendo realizar por la noche antes de hacer el recuesto, pero también se puede implementar por las mañanas, que es cuando el paciente suele no presentar fiebre y se encuentra eutérmico. Para pacientes con fiebre sostenida, se deben considerar otros métodos y haber establecido clínicamente que este tipo de terapia está surtiendo efecto, por lo que es importante contar siempre con la supervisión de un profesional de la salud. Nunca se deberá llevar a cabo esta terapia sin la presencia de un adulto responsable, más aún en estados debilitados del paciente o en superficies inestables, ya que cualquier accidente con la olla, puede resultar en quemaduras y lesiones graves.

Existen equipos de última generación que dispersan con uniformidad sin utilizar temperatura; atomizan de manera uniforme y sostenida los compuestos pesados y ligeros, y algunos incluso van cambiando de color para proveer un ambiente propicio incluso para la meditación. Son tan silenciosos que prácticamente son imperceptibles, cuentan con apagado automático en el momento que el contenedor de agua se vacía, y se pueden programar sesiones continuas o en intervalos. Son sin duda la mejor elección, aunque la inversión de inicio sea mayor, se recuperará a través el ahorro en la cantidad de gotas empleadas en las terapias, ya que prácticamente no dejan residuos. Estos equipos los incorporaremos en nuestro catálogo en breve, ya que nos han solicitado investigar y contar con mejores opciones en la atomización.

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